miércoles, 28 de enero de 2009

Nuestra respuesta. Devotio Ibérica Nº1

NUESTRA RESPUESTA

Decir que vivimos en un mundo cómodo y tranquilo es una obviedad que a nadie escapa. Al menos, aquí, en eso que denominan occidente.
La gente, en general, vive feliz y despreocupada, y el mayor problema vital que se le puede presentar a la mayoría son algunos pequeños apuros económicos a finales de mes, recompensados sobradamente por la televisión digital.
Existe, es claramente perceptible, un clima de bienestar, de cierta satisfacción.
Es mucho más habitual ver por la calle caras alegres y sonrientes que rostros apesadumbrados, derrotas de equipos de futbol y muertes de personajes públicos aparte.
Somos felices, digámoslo bien alto, sin tapujos. ¿Tenemos que sentir vergüenza? En absoluto. Irak y Palestina quedan lejos, muy lejos. Y lejanos en el tiempo quedan también otros tiempos, en los que éramos nosotros los esclavos del trabajo y las desgracias. Ahora, pues toca disfrutar. Existe para ello un mundo de posibilidades abiertas a todos.
Estamos inmersos en la cultura y la sociedad del tiempo libre, del ocio y de la tecnología. El consumismo es una opción de la que todos podemos participar, cada uno en su medida, esta claro. La angustia es una palabra que poco a poco estamos consiguiendo desterrar de nuestra cotidianeidad.
Nuestros sentidos quedan abiertos principalmente a experiencias satisfactorias, reconfortantes, que nos hacen olvidar inmediatamente las posibles notas de negatividad que hayamos experimentado a lo largo de la semana laboral. La televisión, el gimnasio o la discoteca son los templos contemporáneos de orientación y equilibrio del espíritu.
Y ese equilibrio pasa por suprimir cualquier impulso no racionalizado y preestablecido, ideas y pensamientos que puedan hacer que pongamos en cuestión la realidad que vivimos.
Porque esa realidad está radicalmente condicionada por la felicidad, aunque no nos guste o no seamos capaces de admitirlo. E incurrir en esto último sería un caso agudo de estupidez.
Contamos con un sistema sanitario que es la envidia de las tres cuartas partes del mundo, nuestro parque automovilístico está a la altura de los principales países europeos y podemos elegir entre 5 o 6 parques temáticos distintos para divertirnos.
El sistema funciona, no de un modo perfecto y absoluto, pero funciona. De todos los modos de producción descritos por Marx para ordenar y explicar la historia de la humanidad cronológicamente, es el capitalista el que sin duda más y mejores resultados ha dado. Y es el que igualmente parece tener un fin no demasiado cercano. Las predicciones marxistas han fracasado. El sistema capitalista ha sabido equilibrar los intereses de todos los actores sociales. Ahora los obreros ya no lo son tanto; sus hijos pueden calzar zapatillas deportivas de marca y tienen seguridad, siempre más o menos relativa, en el empleo.
Existen cientos de millones de personas en el mundo que viven bajo el umbral de la pobreza, es cierto, pero vuelvo a insistir, aquí en occidente vivimos muy bien.
Tanto que incluso los emigrados del tercer mundo, si tienen suerte, pueden al igual que cualquiera de nosotros de hacer fortuna en este paraíso de las oportunidades.
Además estamos consiguiendo crear una conciencia solidaria entre la gente. Todo el mundo quiere acabar con la brutal pobreza que sufre buena parte del planeta, por eso abrimos las puertas a todos aquellos que quieran escapar de esos mares de miseria y mejorar sus condiciones de vida junto a nosotros, nuestros gobiernos llevan a cabo políticas de desarrollo en muchas de esas regiones y de vez en cuando realizamos galas benéficas en televisión para, cumpliendo con la liturgia de la nueva religión, redimir nuestras conciencias.
Por tanto, y visto lo visto, ¿Merece la pena mostrarte insatisfecho o descontento con este sistema? ¿Es de recibo, después de todo lo que recibimos, oponernos a su realización? Y en este caso, ¿Por qué hacerlo? ¿En qué nos basaríamos para ello si, como hemos explicado, vivimos mejor que nunca?
Bien. Correremos el riesgo, aún a costa de pasar por desagradecidos a los ojos de muchos, de dar nuestra respuesta.
Dijo el actual Dalai Lama durante una visita a nuestro país que Europa cuenta con una gran riqueza material, pero que espiritualmente es muy pobre. Diagnostico fácil y tremendamente certero.
Los valores tradicionales europeos han ido encogiendo paulatinamente, perdiendo importancia a favor de ese ideal máximum de felicidad individual. El cristianismo o el socialismo están fuertemente domesticados, adaptados a las circunstancias aún a costa de perder buena parte de su identidad. Cada vez parece que hay menos alternativas a eso del pensamiento único, y que de una u otra forma nos ceñiremos a las reglas del juego.
Sin embargo, nosotros, aún pudiendo pecar de ingenuos y con nuestra evidente insignificancia dentro de este mundo, no lo creemos así. Y es más, lo negamos rotundamente. Somos jóvenes que buscamos y queremos alternativas, y en ese afán recurrimos a nuestra única, verdadera y temporal posesión; la juventud. Por eso la proclamamos como arma de lucha contra lo establecido, como natural estandarte de inconformismo.
Idealistas en un universo de materialismo salvaje, defensores de los valores comunitarios frente al individualismo extremo, radicalmente opuestos al apocamiento y la pobreza vital del hombre del s. XXI.
Disentimos sin necesidad de tener que argumentar demasiadas justificaciones para ello. Este sistema no nos gusta y queremos transformarlo, así de simple.
Nos negamos a sucumbir, a renunciar a la naturaleza de nuestra juventud, desperdiciándola a medio camino entre las fiestas sin fin y la formación de los futuros profesionales. Nuestra respuesta es NO. Queremos mitos nuevos en los que creer y por los que luchar, porque lo que hoy nos ofrecen no nos vale.
Despreciamos esas vidas insulsas, programadas, materialistas y apáticas que hoy se ofertan a los jóvenes. La seguridad que proporciona el Estado social y de Derecho, ese mismo en el que a la juventud se la relega a un papel secundario, se le amputa la vitalidad, y ha de conformarse con el bienestar material y los nuevos valores universales.
Despreciamos el neoliberalismo criminal. Despreciamos la paz norteamericana sobre los pueblos de la tierra y el imperio de las multinacionales y las finanzas, e igualmente despreciamos la aniquilación de nuestra fauna y nuestros bosques, la corrupción política y un sin fin de infamias más.
Y frente a ello están nuestras ganas de contribuir a crear algo nuevo, nuestra juventud. ¿Aspiramos a revoluciones inmediatas? En absoluto. Seria algo estúpido y absurdo. De momento nos conformamos con mantener y difundir nuestra actitud crítica, nuestras ideas de rebeldía y de ser todo lo coherentes que podamos.
Afirmamos a Europa, a los pueblos y naciones que la componen y la verdadera LIBERTAD.
Y este es nuestro grito; subversión, juventud y autenticidad frente al imperio de la mediocridad. Nada más.

Editorial Devotio Ibérica Nº1

Nuevas respuestas para nuevos tiempos.
Después de un largo periodo de paréntesis y, por qué no decirlo, de reflexión, reiniciamos con estas líneas la actividad editorial de Respuesta Joven.
Volvemos con las mismas ganas e ilusión, más aún si cabe, que cuando hace tres años un pequeño grupo de amigos iniciamos este proyecto.
El tiempo transcurrido nos ha venido bien, sin alguna duda, y el ver fracasar otras iniciativas en las que habíamos puesto todas nuestras fuerzas nos ha hecho madurar y adquirir aires renovados.

Tenemos muy claros nuestros objetivos y se han incorporado a nosotros nuevos jóvenes de una grañidísima valía política y militante, lo que nos permite afirmar que daremos lo mejor de nosotros mismos para seguir mejorando.
Lejos de aspirar a ese crecimiento organizativo que tanto gusta por ahí, nosotros nos conformamos con difundir una actitud disidente, crítica y actual. Queremos contribuir al surgimiento y formación de una nueva generación de jóvenes alternativos y nacionalistas, antiliberales militantes.
Y este fanzine es uno de los mejores medios para ello. Intentaremos, con toda la regularidad que podamos, poner a vuestra disposición estas hojas de lucha política.
Unas hojas que han recibido un pequeño cambio de rumbo, adquiriendo ahora un carácter mucho más político y cultural, igualmente subversivo, eso si.
Y que sin mucho más que decir, esperamos que os gusten.